domingo, 29 de mayo de 2011

3. ENTREVISTA Man_Hauser

¿Cuándo empezaste a trabajar en este proyecto?
Cuando estaba en Valencia haciendo un Diploma de estudios de tercer ciclo titulado Arte, Filosofía y Creatividad. Era interdisciplinar y había profesores, psicólogos, músicos, pedagogos... cada uno aportaba y tenía sus intereses personales de investigación.

Entonces; ¿fue ahí cuando te empezaste a interesar más por las artes escénicas?
Ya iba con ese interés. Me interesaba la experiencia estética desde un punto de vista incluso somático, como un yogui. Me interesaba intentar vaciar de arte la experiencia estética y curiosamente a partir de ahí asumí que era una consecuencia lógica de la investigación, acabar haciendo un teatro al final. Casi todo lo contrario de lo que me planteaba al principio: empezar por pensar el arte como la sola experiencia estética y acabar reconstruyendo un teatro. Este teatro terminó siendo A caverna de Platón.

O sea que, para ti, la caverna de Platón es una obra de teatro.
Sí, es una obra de teatro.

Bien, y como obra de teatro que es la caverna de Platón para ti, decidiste hacer una obra de teatro actual empleando lo que seria la analogía a día de hoy de lo que antes era una puesta en escena a través de sombras? Y eso es lo que sería ahora la Tv y el cinema? ¿Más o menos es esto?
Sí, más o menos, lo que pasa es que cuando dices “actual”… yo no diría exactamente “actual”.

Me refiero con actual a “actualizarlo” utilizando los mecanismos que tenemos ahora...
Exactamente, porque hay una diferencia entre acto y potencia, igual que entre actual y virtual, por ejemplo.
Lo bueno sería que la performance fuera una recreación no actual si no virtual de la caverna de Platón; o sea, del relato, del texto.

¿Pero, qué podría ser la recreación de esto?
La obra de teatro que nosotros hacemos. Una recreación virtual y no actual. Actual sería decir qué hay hoy en día igual que la caverna y virtual sería...

¿Otra posible?
Más o menos.

¿Cualquiera posible?
No cualquiera.
(Risas)
Lo actual tendría que ver con los estereotipos, los clichés. Lo actual va con los clichés del momento. Ahora, hacer algo virtual es como hacer algo mágico si quieres, es hacer algo desde otro punto de vista.
Entonces lo que yo creo que tenia la caverna, y que creo que tiene como paradigma, es que, justamente, da la extraña e insólita casualidad de que Platón puso ese ejemplo de cómo sería la peor forma en que nos podríamos comportar y organizar y vamos nosotros y hacemos justo eso!

Pero el no dijo que esa fuese la forma en que peor podríamos hacer las cosas, si no que era la forma en que lo hacíamos, ¿o no?
Él lo utilizó como metáfora de lo que ya había, pero lo que no había de hecho era una gente metida físicamente en una caverna con un fuego que proyectase sobre una pared unas sombras..., eso no lo había. Pero, ¡es que ahora lo hay!

Y eso es la televisión.
¡Claro! Eso es la tele pero, por ampliación es lo que Debord llama La sociedad del espectáculo, por ejemplo. Debord dice que vivimos en una sociedad del espectáculo en la que nos vemos sometidos, capturados, a su propia recreación, a su propio fin, que es el espectáculo. Un espectáculo vacío en los medios de comunicación que se perpetúa... La Escuela de Frankfurt también hace una crítica a la sociedad del espectáculo pero quizá no tan fanática como la de Debord.

Entonces, con todo esto, tu decides montarte esta obra
Me pareció que era posible tratar de reproducir estas escenas. Un poco como hace Debord con el situacionismo. Los situacionistas, paradójicamente, son un poco los inventores de las manifestaciones carnavalescas -más que carnavalescas surrealistas-: el poder subversión del arte como forma de pensar o de cambiar una situación...

Y transgredir...
Sí y de transgredir, está bien esa palabra...

Entonces, esto es como el plano teórico en el que tú te movías, entonces, ¿qué es lo que decides hacer? y, ¿por qué lo decides hacer?
Se trata se hacer una lectura de la tradición en clave productiva; en vez de interpretativa. No se interpreta la tradición en el sentido en que la interpretación parece que conserva tanto la objetividad del que mira como la de lo mirado. Por lo menos en el sentido en que ambos puntos de vista no acaban de ser absolutamente disueltos y virtualizados. Quise meterme en los términos de productividad deseante, máquina abstracta, teatro de la crueldad... que era una apuesta por las formas que aporta el filósofo Deleuze frente por ejemplo a la deconstrucción de Derrida o la corriente de la Hermenéutica como interpretación del pasado. Constuír incluso por encima de deconstruir; no interpretar jamás.

Volviendo a la obra de teatro y el proyecto, ¿cuales son los objetivos que tú buscas? Cuales son los motivos, los hemos comentado pero, ¿cuales son los objetivos con que construyes esta obra?
En la performance de Platón, un objetivo claro es la relación con los alumnos de bachillerato. El hecho de poder de alguna forma tomar conciencia de esa etapa, infiltrarse un poco en la educación... aunque tampoco habría que emplear la palabra infiltrar porque no creo que tengamos que entrar por debajo de nadie...

Entonces, uno de los primeros objetivos es el de comunicarte con el sector de los estudiantes de bachiller.
Con este proyecto en concreto sí. Se busca dar esa dimensión a la educación que no tiene. Una dimensión performática, una dimensión artística donde tiene importancia el cuerpo en la educación.

Y ¿también transmitir de alguna manera los contenidos de algo que ellos están conociendo ya, en el sistema educativo, pero de una manera diferente, de una manera “formal”?
Tampoco en esta obra de teatro se defiende a Platón; no se comunica a Platón. En la obra a Platón casi se le mata públicamente. Hay una defensa, una especie de confrontación continua del cuerpo y la danza frente al personaje de Platón, que es un personaje más estático y de texto. Mientras los prisioneros se mueven y no hablan, Platón -el actor- es un personaje de texto que incluso no los ve. El está hablando con la gente pero no hace referencia a ellos. Después, poco a poco, las cosas se van viendo en la performance, se van descubriendo, más que por haber más luz, por haber más visión, por hacernos más a la oscuridad.

¿Y las pantallas? ¿Qué se proyecta? ¿Cómo configuráis el espacio?
El espacio trata de ser un espacio holístico con el público está integrado en escena, todo es la caverna. Aún así, hay un espacio relativamente privilegiado de escena, más pequeño, justo debajo de la pantalla, que es un poco el escenario en la que se genera cierta relevancia escénica. Ahí es donde se sitúa el personaje de Platón. Pero a su vez todo el espacio se convierte en escénico. Todo está iluminado con focos, es una iluminación casi de discoteca, no de teatros, con focos de colores.

Platón está en este reducto bajo la pantalla y ¿el resto de los prisioneros están por fuera?
Sería así (dibuja)




¿Como un concierto?
¡Sí! parecido a un concierto.
Éste sería el mecanismo de Platón de la caverna, el fuego, los personajes pasarían por ahí, y esto sería cómo lo viven los prisioneros, pero todo es la caverna. Platón es como un maestro de ceremonias y a su vez, el personaje principal. Los prisioneros empiezan en la sombra, quietos, como dormidos mientras entra el público. Entra Platón y hace una introducción y justo con los vídeos empieza el relato: los prisioneros empiezan a activarse y van saliendo, comenzando una serie de movimientos-danza que es el proceso de liberación de la caverna. Se trata de pasar del nivel más bajo y básico que ya en Platón es “la sensibilidad de los objetos”, pasar a una “opinión sobre los objetos”, después a una “relación de ciencia con los objetos” y finalmente, una especie de “conocimiento solar” (éste es el símil de línea de Platón).

Entonces los prisioneros van pasando por estos estados
Efectivamente. Van haciendo esto, pero después vuelven para abajo. Porque el liberto, y esto es lo más importante, cuando sale y descubre el sol, descubre que hay otra realidad y que no es la caverna, coge y dice -“bueno vale, ya lo sé”-, y entonces se vuelve. Es importante pensar por qué se vuelve; no se vuelve exactamente porque lo decida, igual que tampoco sale de la caverna por decisión. Más bien, hay un preso que de repente se suelta, “es llevado hacia fuera”, un impersonal, es soltado. Del mismo modo, el liberado vuelve a la caverna después de haber estado fuera, con lo cuál está finalmente igual que el resto, entre los prisioneros. Entonces, todos y cada uno de los prisioneros pueden haber sido libertos que han estado fuera y que han vuelto dentro y que están tratando de decir al otro -”Oye, que fuera hay otra cosa”.

Y eso también el público que ha entrado, todos en general los que están presente ahí son los libertos
Sí, todos, y estamos ahí. Esa es la historia: darse cuenta de esto. Todos los que estamos ahí, todos los que estamos aquí, estamos tratando de decir al otro que hay otra cosa fuera.
En el relato, cuando el liberto vuelve, los otros están dispuestos a matarlo o a cualquier cosa; dicen - “¿no se reirán de él?”, “sí, se reirán”, “¿no se enfadarán incluso si creen que insiste demasiado?... “¿y no lo discriminarán y lo tacharán de loco?”, “si, lo tacharán de loco si hace falta”; “incluso ¿no lo matarán antes de admitir que existe otra realidad?”...
Quiero decir, quizá es siempre el otro el que te está tratando de decir que hay otra cosa fuera y tú empeñado en contarle a su vez tu verdad, tu viaje afuera...

Entonces, ¡hermanos!
¡Justo! Platón dice: “oh amigos, oh hermanos!” -este es el tono de Platón.

Y tú, esta performance ¿la ves algo así como fundamentada o promovida por algo así como una responsabilidad social, o humana?
Sí... bueno... vamos a decir que sí... tiene una motivación de reformulación, digamos que con las formas de educación, con las formas de evolución... Lo consiga o no lo consiga...

Y el show presenta en los institutos o también en otros contextos
Básicamente institutos.

¿Qué tal acogida y respuesta tiene?
Pues cada vez mejor. La obra también cada vez sale mejor y con respecto al público, también ha ido avanzando. Dura 45 min. El público son chavales que tienen más ganas de estar ahí que en las clases, jugamos de entrada con esa baza a favor. La baza en contra, son a veces lo profesores, que algunos se encuentran incómodos, como si te metieses entre ellos. La respuesta también es diferente si lo haces en el propio centro, o si lo haces fuera del centro. Fuera suele ser peor... por lo menos por ahora. Los alumnos están más excitados cuando salen, están más centrados en sus relaciones personales. En el instituto, pasa menos, porque la cosa es que salen un momento de la clase y continuando en la misma dinámica entran en esto como en otra clase.

Y al final de la performance, ¿organizáis una charla con ellos? ¿Les preguntáis algo? ¿Se propone un coloquio?
Tratamos de no hacer algo explicativo. Sacamos una serie de cuestiones relacionadas con el teatro contemporáneo: cómo incluimos al espectador en escena, cómo damos una simultaneidad de acciones entre las que el espectador puede elegir, más allá del “estar obligado a mirar de frente a la pantalla” que dice el relato de la caverna. En este sentido, el relato es muy contemporáneo.
Otro bloque de cuestiones son las que atienden a Platón y el principio de la escritura, con oposición a una cultura oral y de la memoria a través de los poetas como Homero. La escritura como tecnología incluso, cambia ese paradigma, y la forma de pensar, que se hace lógica y serial. Lo que defendemos es que ahora, en la era multimedia y de la información, se opera de nuevo sobre estos presupuestos, vuelve la simultaneidad sobre la linealidad y surge en definitiva un nuevo pensar, una nueva memoria, nuevas tecnologías.
Por último, estamos haciendo un pequeño ejercicio de movimiento en el espacio, utilizando la caverna como espacio de atención variable y de memoria. Se trata de hacernos más conscientes de cómo el cuerpo, sus posiciones, tienen ciertas potencias para moverse y quizá no otras. En la posición en la estoy, por ejemplo, ¿hacia dónde me puedo mover? ¿Cuántas salidas diferentes tengo? ¿Cuántas formas diferentes de llegar a la posición donde estoy se me ocurren? ¿Qué tiene que ver todo ello como mi deseo y con mi memoria?

Pero no habláis de nada de la teoría acerca de Platón, ¿no? Platón sería algo así como el germen del que surge esta experiencia.
Sí, pero por eso, más que Platón, la caverna. Es la caverna de Platón, y Platón, de repente, es dejado en su caverna, se despierta en su propia caverna, pero resulta que aquí lo que pasó ni el mismo se lo espera... “me acabo de despertar en mi caverna”- se podía haber despertado en otro sitio, pero no, se ha despertado en su caverna, - “esto que es, ¿una pesadilla?”- Es un poco como una película de miedo, es como un juego, una ironía del destino.

Entonces más bien el tema es la Televisión y el fenómeno de la caverna, más que explicar a Platón.
Por ampliación nos estamos refiriendo a toda la sociedad, aunque también es interesante diferenciar el performance de la sociedad, la obra de teatro, el formato teatro. No decir “es que es lo mismo que la sociedad, es un espejo, es un reflejo”. No. También es una especie de gadget de la sociedad, como una especie de acople. El espacio de ritual, el espacio de lo imaginario. Si se trata exactamente como reflejo no funciona bien. Como reflejo es una especie de purgatorio, vamos a purgar nuestras penas. Sacrificio es significación, matas al animal, matas los males de la sociedad.

Y tú, qué crees que es lo que cambia o llega a alguien que sale de participar en la performance?
Me parece que la relación es mutua: el proyecto y la performance cambia algo en la gente en la medida que la gente cambia y transforma el performance y el proyecto. En la medida en que entran en él, lo mejoran y lo profundizan, hacen que sea más la caverna de Platón, con todos los matices, giros y torsiones que contiene; entonces el proyecto les aporta. ¡Claro! nosotros aportamos el proyecto, pero también pedimos, buscamos, cogemos... lo que tiene la gente, los alumnos de bachillerato también.

¿Por qué decías que hay ocasiones en que los profesores se muestran incómodos?
Sí. A veces. Pueden tener miedo, un cierto reparo a que se les descontrolen un poco las clases, por poner en entredicho cosas que después ellos tienen que encargarse de volver a “recolocar” en el sitio en que las tenían puestas, y decir no... Por ejemplo, o porque se de una visión que sienten que se les viene encima... o que genera cosas que no les apetece, dispersión sobre una homogeneidad en la interpretación de Platón... Pero bueno, en general, a los profesores, a un 80% les gusta, y luego hay como un 30 % que son incluso fanáticos.

Y... ¿cómo acaba?
Finalmente, las sombras, los prisioneros, hablan en el escenario, hablan y defienden los cuatro conceptos básicos de Platón: el Alma, la Idea, la Dialéctica y la Justicia. Los prisioneros hacen una lectura de estos conceptos en la sociedad actual (aquí sí que es “actual”...). Comparando por ejemplo las sombras de la caverna como “copia” de los objetos del mundo, con el tema de la alimentación industrial y la manipulación genética de los alimentos... o cómo el enfoque individualista de la felicidad también está muy en contra de lo que dice Platón de la justicia como bien común.

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